miércoles, 22 de septiembre de 2010

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Suicidio o Capricho??


Suicidio

Apellido: Ushita Yamada
Nombre: Akira
Edad: 16
Sexo: femenino
Tipo de sangre: -o
Nacionalidad: Japonesa

Esta es mi tarjeta de presentación para la escuela y la biblioteca. A veces creo que la vida se reduce solo a esas pequeñas letras y la foto que nunca sale bien; es una tarjeta de presentación, nada mas que una pantalla, por eso he decidido romperla y ser libre, ya no deseo ser mas un pedazo de plástico.

Me he cansado de esperar unas cuantas horas por si me atrevo de una vez por todas a saltar. Se que es extraño pensar en como terminare, pero es lo único que puedo imaginarme aquí sola en el tejado de mi escuela, contemplando como una a una las luces de la ciudad se van encendiendo y junto a ellas las estrellas aparecen difuminadas tras una densa nube oscura que siempre cubre esta ciudad.

Un sutil descuido en las mallas de seguridad que se elevan hacia el cielo oscuro y en parte tornasol. Un agujero en la esquina derecha de la gran malla me robaba el aliento mientras mordía mis uñas perfectamente arregladas, mas tarde no me servirian para nada.

Hacia días que dentro de mi crecía la necesidad de hacer algo arriesgado, algo que pensé que nunca me atrevería y hoy estoy tratando de lograr; hace días una voz dentro de mi me insita a buscar las cosas mas peligrosas y como sin importancia mi cuerpo las ha seguido, algo me tienta a pasar del otro lado del agujero muy temblorosa, lo admito, mi corazón esta peor que un niño acabado de nacer, pero por alguna razón estoy llena de una placentera seguridad que nunca había tenido, ¿Por qué?, ¿Por qué en este preciso momento siento esta necesidad?, ¿Por qué estoy tan segura de lo que hago?;

La primera ves que intente cruzar me rasgue un lado de mi camisa y con ella se fue también parte de mi piel, en ese instante pensé, ¿Qué demonios hago aquí haciéndome daño?, pero aun que en mi mente pelee una batalla contra el aire, en contra de mi propio sentido común, sigo sintiendo ganas de seguir y es que una cicatriz para un cuerpo sin vida no es nada, así que me calme un rato a pesar de ser la persona mas insoportablemente cobarde de esta tierra, porque sabia que mas tarde soportaría el impacto del asfalto sobre todo mi cuerpo, eso dolería mas que solo un rasguño.

Muchas cosas pasan por mi cabeza y no puedo detenerme a pensar solo una, ¿será que antes de suicidarse la persona sufre de algún descontrol mental, o tendrá que ver esto con la edad? y referente a eso, ¿cual seria la edad perfecta para morir?, es decir, ¿se imaginan una edad donde podrías decidir si morir o no, seria como un tipo de fecha de caducidad, es algo paradójico, saber que superaste la edad para morir y ¿a donde abras pasado?, ¿a la edad de la putrefacción?; "bienvenido, eres uno mas de los podridos".

Recuerdo a mi madre en este momento, una vez cuando tenia nueve años, le pregunte mientras cocinaba si existía una forma no dolorosa para morir; pobre de ella, casi se corta la mano. Se volteo de repente y me tomo por los hombros, yo me pegue un susto porque pensé que me pegaría por semejante barbaridad, pero solo me dijo, -¡niña!, no te atrevas nunca a matarte, iras al infierno si lo haces-, me lo dijo en un tono tan exagerado que me puso los nervios de punta hasta hoy, pero ya soy bastante grande como para asumir mi responsabilidad si me mato o no.

He decidido hacer mi propio juicio sobre la edad para esto, y es que esta es la edad perfecta para dejar esta locura desenfrenada que tenemos por mundo. En esta edad no existen muchas preocupaciones porque no dejamos atrás responsabilidad alguna, no hijos, no esposo, y los estudios que perderás no te dolerán en lo absoluto, que mas puedo pedir, ya no más profesores, no más sentimientos amargos de soledad, no mas nada, solo estaré por ahí divagando. No tengo amigas, no es tampoco mi mayor preocupación; tengo compañeras de la escuela, ya saben, lo normal, las que te piden la tarea que no pudieron hacer porque estaban pegadas a la computadora o al teléfono todo el día, las que se esconden de tras de ti cuando el profesor hace preguntas, esas que en sus blogs como amiga no figuro ni en dibujos, las que me invitan a salir a veces, las otras me parezco, que me dicen loca frustrada por mis dibujos y que a veces me siento parte del grupo, pero otras parezco de otro mundo. Con ellas no pierdo nada.

Me aferre a la "Malla de seguridad", como se hace llamar, tan fría que me helaba los dedos fuertemente enlazados a ella, casi cortando mi circulación, solo para dejarme ver el vacío bajo mis pies. Seis pisos me separaban del asfalto y derepente una brisa fría como de muerte, me friso todo el cuerpo; -¿y ahora que hago?, se me ve todo desde abajo... que patético es pensar esta mierda ahora... ¿que me pasa?, ¿ahora soy bipolar?- me dije derepente en voz audible. No se por que me llama tanto la atención una señal que advierte con propiedad, "no pise el césped", como si reclamase lo suyo; tengo pensamientos estúpido ahora pero, ¿por que tentar contra la terquedad de las personas?, por que no mejor escriben algo mas trivial como, "no le provocaría pisar el césped", así la persona creara en su mente una cuestión que en algún momento le hará dudar de la provocación que sintió al leer el enunciado.

Muy estúpido, ¿no te parece?, mira que para estar cuerda, estos últimos minutos he estado teniendo ideas extrañas, quizá son los nervios o en verdad sigo con la teoría de que mis padres eran filósofos, porque para tener preguntas raras desde pequeña, al menos en mis genes debe encontrarse algo de filosofía.

Las luces de los carros y edificios iluminaban mi rostro mientras me preguntaba, que seria de mi familia si no estuviera allí; graciosamente me di cuenta que ya no hago falta en aquel lugar, fui siempre la mascota nueva de la casa. Luego que mi hermano mayor cumplió ocho años, mis padres adoptivos decidieron regalarle una hermanita que tanto quería, pero mi madre tenia problemas para tener mas hijos, así que fueron a adoptarme; por tanto digo, ya no hago falta ahí, mi hermano ya se ha casado y aun que sea compañías para mis padres adoptivos, creo que ellos están en buenas condiciones todavía.

Lamento no ver mas a mi querido hermano Yuki y a su esposa Midori, que es toda una hermosura y totalmente dulce como sus ricos postres. Adiós a mis padres que nunca conoceré y a los que cuidaron de mi todos estos años. Siento mucho que tenga estas ganas de terminar con mi mundo, pero aunque me haya tratado a veces mal la vida, quiero darle gracias por dejarme disfrutar un poco de ella... Adiós

Suicidio o Capricho??


Capricho


Apellido: Mori Kano
Nombre: Izume Kurenai
Edad: 17
Sexo: Femenino
Tipo de sangre: +A
Nacionalidad: Japonesa

Lo peor de vivir entre dos edificios, es solo vivir entre dos edificios. Me entenderán al saber que el fastidio de vivir entre ellos es que el de la izquierda es mi escuela y el de la derecha es una compañía de comunicaciones, donde el escándalo infernal de los teléfonos sumados a los chillidos de los niños y hasta de nosotros que estamos en secundaria, no dejaría descansar ni al más sordo.

Para aclara un poco las cosas, antes de que empiecen a preguntarse, ¿Qué clase de locuras estoy leyendo?, les explicare como empieza todo. Cada noche a la misma hora mi madre me prepara un rico bento* para que suba al techo a cenar como siempre lo hago, pero no me malinterpreten, no es en mi patético techo en el que disfruto mi cena, subo hasta la cúspide de la montaña llamada tortura para niños y adolescentes, mas bien conocida como escuela.

Padres por favor no piensen que odiamos la escuela, es solo que odiamos tener que despertarnos cada día más temprano solo para escuchar a un o una profesora súper extraña que espera que volvamos a la época de la prehistoria social donde vivió.

En fin. Me he vuelto amiga del portero; solo tuve que prestarle mi reproductor de mp3 para que se entretuviera mientras trata de no dormirse toda la noche, en la mañana me lo regresa. No se como es que no se lo ha llevado antes, debe haberse criado en un hogar muy honesto. (Masato Rioken; 36 años de edad; casado con dos hijas, Guardia de seguridad nocturno en la escuela. Quería alejarse del negocio de su propia familia que esta en completa disputa por la Herencia de su abuelo, a quien nadie atendía excepto él. Aprendizaje de Honestidad con sus padres: 1%; aprendizaje de honestidad por parte de su abuelo: 99%).

Subo las escaleras con toda mi calma casi siempre, sino lo utilizo de ejercicio, ¡es mas fácil subir cuando no hay nadie!, de lo contrario, estarías en las escaleras infernales contra tantas personas que se convierten en caballos de carrera en cuanto tocan la campana de salida. El olor de mi cena me incitaba cada vez a destaparla y dar una probadita antes de terminar mi recorrido por las escaleras, pero solo me limité a sonreír esperando encontrar una noche tranquila sin preocupaciones como todas las veces desde que me mude aquí. Para mi desesperación y mis pocos nervios, solo seria un divagante deseo en la inmensidad del universo. Esa noche alguien más me acompañaba. -¿quien estará allí de pie en el borde?, ¿será posible por una vez en esta semana tener una cena tranquila y decente?- me dije a mi misma, esos días habían sido imposibles para mi. Primero llovía, después nevaba, después tenia visitas y esa noche aquella chica, -¿que hace aquí?- pensé una vez mas intentando buscarle lógica a sus acciones y sinceramente con tantos cuestiones y nadie que los contestara como siempre, no me preocupe tanto por la chica sino de que se enterara que era mi lugar favorito para cenar y la muy latosa seguro que se encariñaría también y me seguiría los pasos. Pensé sin conocerla. -ahora sabrá que puede venir las veces que quiera, a demás es un fastidio que me vean comiendo… Como sea, me sentaré por aquí, quizá si no me ve se canse de estar allí de pie y se largue-, fue lo que me vino a la mente al verla estancada en su mundo, después de todo solo quería estar tranquila. Esa noche hacia tanto fría que sentía que me congelaría hasta la mirada.

Después de unos minutos desangrados, casi muertos por el disparo del tiempo, no podía creer como aquella chica aun seguí como si no existiese nadie mas en este mundo, solo ahí esperando ser arrojada al hoyo negro de la muerte, porque ya me estaba hartando de verla y yo inmóvil por el frío.

Me fui acercando sigilosamente a la malla de seguridad que ya no se para que sirve decir eso si cualquiera puede pasar con el enorme agujero que tenía… ¡bien no era tan grande!, solo exageré un poco para hacerlo mas dramático. Antes de que se percatara de mi presencia aclare mi garganta para que volteara, claro está que no fue para asustarla solo lo hacia antes de que cometiera cualquier locura o quizás si quería divertirme un poco esa noche con la tontería que pensaba hacer la chica.

Recuerdo nuestra conversación:
- ¡oye tu! ¡niña!, ¿que demonios tratas de hacer?, ¿matarte o algo así?... No mejorarías el planeta si lo haces así que deja el melodrama de las disculpas y salta si lo harás, de lo contrario mejor pasa de este lado antes de que por accidente te caigas al infinito y mas allá...- le dije calentando mis manos. La había oído sollozar algunas palabras como que la perdonase no se quien, pero de lo que estaba segura era que iba a saltar, solo ganaba tiempo para convencerla, ¡total! para lo que yo servia, una de las dos lograría que hiciera; Cruzar o matarse enseguida.

-¿hace cuanto estas aquí?- me dijo limpiando el rastro de lagrimas. Yo me acomodé en el suelo para destapar mi humeante cena.

- ¿que importancia tiene?... ya en serio he visto tu cara aquí en la escuela y se que no saltaras, no eres ese tipo de personas-

- ¡tu que sabes de mi!, no tienes idea si lo haré- me replicó inmediatamente, entonces como si hubiese estado esperando que dijese esas palabras, me artille de psicología inversa para confundirla un poco. Ella solo se sentó.

-buen punto. Es cierto lo que dices, el ser humano es algo impredecible pero creo que no hay en la vida una razón tan fuerte como para entrar a tu escuela, subir al ultimo piso, ponerse en el borde como en toda película estúpida y tentar al destino con que te arrojaras si no te trae a nadie que te convenza de tu propia estupidez- le dije tantas cosas que se dio vuelta para mirarme y cortarme en dos con sus ojos. Yo solo subí una ceja, créanme que hablaba en serio.

-¿crees que no las tengo?-

-ummmm técnicamente no... No lo creo. No las tienes- engullía un pedazo de pescado al tiempo que movía la cabeza de un lado a otro a manera de desacuerdo. No iba a dejar que se enfriara mi cena por nadie y mucho menos por un pedazo de carne andante sin el mínimo de sentido común. -¿me dices cuales son?, es que me muero de la curiosidad por saberlo- le dije sarcásticamente, ¿creen seriamente que me importaba un carajo su teoría de la muerte y la vida?, estaba totalmente segura de que no se lanzaría. Ella siguió defendiendo su tesis hasta la muerte, ¡tenia que tener razón a como de lugar!, tenia que ser yo la equivocada.

Cabe compartir con ustedes algo que mi profesora de matemáticas me enseño una vez, “solo el que esta equivocado es el que tiene la razón”. Les dejo eso para que piensen un poquito.

Para continuarles con la historia, ella me respondió, -pues creo que es porque no tengo claro lo que haré con mi vida y aun no conozco a mis padres. Yo no estoy segura si serviré para alguna cosa, no se nada en lo que sea buena y Nome destaco para nada entre la gente soy una mas, no tengo amigas de verdad y no logro hacer las cosas bien de ninguna forma, finalmente no quiero ser mas una carga para la familia con la que vivo, esas son mis razones-, se dio la vuelta para no verme más.

-Así que eres adoptada-, me rasqué la nuca intentando pensar que decir ante semejantes estupidez. –De modo que esas son tus razones... ¿te tratan mal tus nuevos padres?- me sentí algo extraña al preguntar eso, casi algo idiota. ¡Seguro que si era por eso que lo decía!; en ese instante Akira se levantó y echó una mirada al vacío, yo pensé que saltaría y entonces le hablé.

-¡OH!, ya decidiste marcharte...- me quede petrificada unos segundos sintiendo un amargo extraño como si en verdad me importara lo que le pasara a esa niña loca, ya bastante cosas raras tiene mi vida como para preocuparme por alguien que se quiere matar. Enmudecí un momento contemplando el lindo aspecto que antes no había notado, no podía creer que toda esa belleza iría al caño sin siquiera aprovecharse.

Ya había llegado la hora de darle algo de paz a esa alma perdida, pensé sonriente; por un instante saboreé el suspenso y entonces la escuche responderme, -ellos me tratan muy bien pero nada ni nadie me hará cambiar... se lo que estas haciendo y no retrocederé, ¡ya deja de persuadirme friki!-

-¿quien dice que lo hago?... espera un momento, ¿me llamaste friki?- me enojé y le grite descuidando que el mismo portero nos podía escuchar… no esperen, tenia mi reproductor así que no nos escuchaba; pero como sea me enoje porque no terminó de saltar y me estaba poniendo de los nervios, a demás ¡me llamó loca en mi cara!, ¿Cómo sabe ella que soy así?, ni siquiera me conoce.

-o sea, déjame entender algo niña estúpida. Solo porque no voy hasta allí a rescatarte temblando de miedo y haciendo un drama no significa que sea un loca que desea que te mates para entretenerse mientras ceno, soy sarcástica pero no es para tanto, a de mas eres libre de hacer lo que se te venga en gana pero andas dando vueltas como si no terminas de decidirte, ¿porque no lo haces y ya?, ¿será que no quieres hacerlo?- le dije retándola a ver si de una vez venia conmigo y se acababa el teatro. -no me apures. ¡Lo haré cuando quiera!- me miró duramente como si me fuera a morder. Al final perdí los nervios y crucé de su lado, -espero que no saltes ahora que estoy aquí, me daría mucho asco ver el desastre-

-¡nooo!, no te me acerques... voy a saltar- me dijo mientras caminaba lentamente acostumbrándome a ver el precipicio de mi lado derecho. -¿y que crees?, esto no es una película ni una novela. Esas líneas de siempre me tiene podrida, no creo que funcionen conmigo, a demás ¿por que te antojas de saltar ahora?- seguí caminando hacia ella como si no hubiese escuchado nada de lo que dijo, usualmente me hago la sorda cuando quiero hacer algo que otros no, es que digo, después que ya estoy ahí ¿quien me hace regresar? Ya mejor ni pierden tiempo conmigo y me dejan que siga igual; es una estrategia ¡perfecta!...

-esta bien, puedes sentarte pero si te quedas veras como saltare y moriré al llegar al piso… no quieres ver eso ¿o si?- tartamudeo posándose en el borde.

Me asusté no lo niego, a cada segundo sentía la impresión de que caería, por eso mi mano hizo un movimiento involuntario para impedir que se cayera al momento que me comentó, lo cual no quería que ocurriese porque inmediatamente estaría segura de que le impediría saltar, sin embargo mi astucia le ganó a su ingeniosa estrategia retórica.

- ¡no, que asco!, te dije que no lo hicieras porque si saltabas mientras caminaba hacia ti, pude evitarlo involuntariamente y creo que no querrías que te impidiera matarte ¿o si quieres que te lo impida?- la miré y en mi mente pensé “Jaque mate niña tonta”, - ¡no molestes!- me grito provocada por mi juego de palabras.

Ante todo lo que pasaba me senté a su lado y destape mi cena que aun estaba deliciosamente calientita para hacerle alarde, -a puesto que no comes así de rico, ¿quieres un poco?-

-¿crees que en este momento pienso en comer?- me miró seria y yo asentí con la cabeza escuchando su suspiro de exasperación, parecía que no era la única molesta en aquel lugar. -pues resulta que si, el ser humano siempre piensa en comer; ¡come algo rico antes de morir!- sonreí con todas mis ganas conociendo lo desgraciado que fue mi comentario.

-odio tu sarcasmo... parece como si estuvieras promocionando algo, un anuncio tétrico- rió sin enseñarme sus perfecta dentadura y se sentó junto a mi, -¿como te llamas?- me preguntó.

-usualmente no hablo ni digo mi nombre a mucha gente, pero ya que me resulta interesante saber el pesar de alguien que quiere morir, haré una excepción contigo y te diré uno falso, mi nombre es Izume-

-bueno, un gusto Izume, mi nombre es...- antes de que pudiera decir algo mas la detuve, -¡no!, no quiero saberlo, para mi solo eres la niña suicida-

-mejor pásame algo de lo que comes- me arrebato los palitos y yo no tuve mas remedio que hablarle de otra cosa para que no se sintiera peor de lo que estaba. -¿como te pudiste burlar del portero para subir aquí?-

-en verdad solo me quede aquí después de clases- esbozó una sonrisa tímida mirando al suelo, no pude evitar pensar que se veía adorable dejando atrás las estupideces que me dijo antes. Lucia un pelo negro con mechones color fucsia y largo hasta las caderas, su voz era suave como de niña, su boca pequeña y su nariz fina, tenia linda sonrisa y era algo delgada; me sentí triste por un momento al entender que desaparecería una linda sonrisa de mi colección, (hombres no se haga ilusiones, no soy lesbiana, solo me gusta coleccionar sonrisas; algo cursi que suelo hacer).

-No se si es porque estoy hambrienta pero esto ¡esta rico!- recuerdo que saboreaba una y otra vez cada cosa que comía, empezaba ya a hastiarme con su felicidad momentánea y extraña, hacia una fiesta con todo lo que se echaba a la boca.

-¡ja!, ¿que pensabas niña?, es hecho por mi madre-, eleve mi ego un rato para trabajar con mi ira, suelen molestarme muchas cosas por eso no socializo, por temor a herir. -puedes acabártelo todo, me haces sentir pena con lo esquelética que estas; mi madre cocina muy bien pero aun cuando le he rogado que abra un restaurante no quiere, ni aun cuando le dije que conseguiría personas responsables y me ofrecido a mi misma para ayudarle- en ese momento pensé que me había desbordado hablando con alguien que ni conocía bien, así que deje de mirarla y me concentre en las luces de los edificios encendiendo y apagando.

-¿has hecho algo loco?- me pregunto ella de un momento a otro.

-¿a que te refieres?...- me desconcentre de inmediato y la mire un buen rato, como tratando de buscarle sentido a su pregunta. Ella se encogió de hombros, -¡aaah!, pues si mal lo recuerdo, cuando era niña me entro un ataque de furia animal porque un niño tiro de mis trenzas y se burlo de ellas; lo pago con sangre- Akira dejo de masticar y levanto una ceja, yo por otro lado me encogí de hombros, después de todo era ella que quería conocer la historia mientras yo seguia trabajando mi ira, -bueno, en un momento donde la profesora no estaba atenta en clase de matemáticas, le saque puntas a mi lápiz y me dirigí hacia el niño que aun hacia chistes de mis trenzas, con el único fin de clavarle el lápiz en la mano a ver si lo haría otra vez... Luego me senté a ver como sufría desde mi asiento- Recosté la cabeza en la malla y repentinamente me salio una risa, como si lo que había dicho causaba alguna gracia; la pobre Akira empezó a ahogarse con la comida.

-tienes problemas serios izume, imagino que te castigaron-, dijo después de beber el té que le había servido. Le respondí con la verdad aun que me creería loca, de hecho iba a saltar y ya no importaría nada así que le conté también para olvidarme de lo horriblemente alto que estaba el lugar donde conversábamos. –pues claro que me castigaron y no solo eso, me llevaron al psiquiatra para evaluarme por si sufría de esquizofrenia ya que en mi familia hacia unos años un tío de no se donde había padecido de ese mal… Descuida no te matare, quizás no porque no encontraron nada raro en mi, ¿Qué me dices de ti?-

Hizo una mueca rara, parecía sonreír pero molestarle al mismo tiempo, -no son líos serios como los tuyos- se divirtió con mi historia un segundo, -pero fue hace unos meses que me escape de mi casa bajo la lluvia para encontrarme con el chico que me gusta… espere que mis padres se largaran a su cena de aniversario y me fui corriendo hasta su casa porque éramos vecinos…- se detuvo utilizando como escusa que tenia la boca llena de comida y las mejillas enrojecidas por lo que mas adelante ya me esperaba que diría, -¡lo siento!, ¿me das un poco mas de té por favor?... entonces volviendo al tema, llegue a su casa con la ropa húmeda por la lluvia y como estábamos solos empezamos a besarnos y ya me estoy incomodando, sabes lo que sigue-

-Oh ya has tenido sexo… ¡espera!, ¡no será porque estas embarazada que vas a hacer esto!-

-¿estas loca?, ¡no en lo absoluto!, no llegamos a nada importante porque no estaba preparada psicológicamente y lo peor es que tenia muchas dudas sobre el, las cuales con el tiempo descubrí que eran verdad. El muy imbécil estaba con otra persona al mismo tiempo porque no se decidía-

-Malditos degenerados. Los hombres son todos iguales-

-No todos Izume- replicó totalmente seria dejando las sobras de la cena en el muro y dirigiéndose al borde del edificio. Me asuste nuevamente, -pero espera… Aunque ese tipo te haya usado, ¿no lo detestas?, debes estar loca-. Desafió mi madurez, -dime Izume… ¿nunca te has enamorado?- escuche su risita como de sabiduría y no quise resistirme a su pregunta, simplemente seguí hablando. –si, curiosamente del mismo que le clave el lápiz, pero el me tuvo miedo hasta octavo grado. Después que notó que me gustaba se cambio de escuela y me mando una carta que decía…-

Querida Izume Kurenai

Espero que sepas que aun cuando te hice pasar una gran vergüenza frente a todos al divulgar que tenias problemas psiquiátricos por aquella vez que me clavaste el lápiz, no quise buscarte problemas con los demás y quizás me odies ahora que me fui por el mal entendido que todos creen que ocurrió por mi partida… Te pido perdón.

Por favor no prestes atención a lo que el colegio completo inventa que me cambie de escuela porque supe que sentías algo por mí. Te ruego que no le creas eso ni a tu mejor amiga, aunque suene contrario al sentido común, me fui para ayudar a cuidar de mi tía enferma que le tengo mucho aprecio.

No te mentiré, me asuste un poco porque eres muy excéntrica y bueno, para despedirme te diré un secreto cuando se termine todo esto de mi tía, me temo que es algo terminal y nos despediremos pronto de ella…

Att: Okazaki Ren

-¿es en serio lo que me dices?-, asentí normalmente, me creyera o no, le contaba la verdad no tan orgullosa, -Luego de ese drama, Okazaki apareció una tarde de la nada después de clases, muy entusiasmado me abrazo y me beso ante todos. Ante mi cara pasmada me dijo que volvía cada fin de semana, aun esta a mi decisión si en verdad deseo salir con el-. Si a mi me pareció extraño todo eso, imagino que la pobre chica estaba desorientada por la mirada que me dio.

-Yo ya no entiendo nada, ustedes son locos y se entienden. No tengo nada que buscar aquí así que me despido, es lo ultimo que quiero saber… ¿crees que deba hacerlo de frente o de espaldas?-, al escucharla decir eso me percate que mucho tiempo conmigo podía perjudicar seriamente el humor de las personas.

-¿me pides opinión?... ¡eres increíble!, a mi parecer no tienes porque hacerlo pero de hacerte feliz con tu ultima petición te diría que si lo haces de frente desfigurara tu cara y por otro lado sentirás como es volar, pero si lo haces de espaldas hay posibilidades de que te reconozcan tus padres y que no veas al momento de morir…-

-tiene mucho sentido… antes de irme, tengo curiosidad ya que tu vida es muy random, ¿has besado una chica alguna vez?-

-no, ¿estas loca?, podrán pasarme cosas raras y yo tener problemas pero nada de eso… me Largo de aquí para que puedas marcharte ya, te esta afectando un poco conversar conmigo- de modo que iba totalmente en serio, se quedo en el borde sin perder el equilibrio y antes que nada me llamo al verme que recogía mis cosas, -Izume, antes acércate, debes saber que me llamo Akira, por favor acércate a mi… esto es totalmente nuevo para mi y será la primera y ultima vez que lo haga- me dijo muy seria, sin pensar en mi ansiedad y mi miedo de que me llevase con ella me tomo de los hombros y me abrazó, -no te pongas sentimental niña suicida- le dije antes de que con sus labios rozara parte de los míos y se lanzara al vacío de espaldas a su temerario destino.

Y vi volar su pelo.

Mis manos apretaron la malla de seguridad porque perdí el equilibrio, lo que ocurrió después… Jeje, quedara en el pasado para siempre.

Catch Me, Im Falling preview
-¡Akiraaaaa!-. Grite impulsivamente sintiendo la gravedad del susto en mi estomago. Por un momento sonreí, -¿disfrutaste del susto?- dije acercándola mas a mi, -Akira sabes bien que la vida parece ser injusta pero no por esas pequeñas cosas insignificantes que nos pasan cerraremos los ojos al mundo que sufre mas que solo uno. Cuando te sientas mal y crees que puedes arreglarlo solo hazlo, pero si sientes que no puedes pide ayuda, desahógate con alguien pero esta no es la manera, solo lograras que los otros sufran… una vez mas te pido, deja este capricho y pasa conmigo del otro lado de la malla porque no saltaras-. Estaba muy nerviosa después de dar tremendo discurso y aun estar luchando con su peso, la resistencia de la malla y mi propia fuerza. Mientras seguí hablando ella logro sentarse en el muro otra vez para poder recuperar la compostura.

-Ahora piensa que el que yo haya reaccionado de este modo es una oportunidad, salgamos de aquí y te acompañaré hasta tu casa si lo deseas-. Yo seguí asustada por como habían ocurrido las cosas, pero ella no decía nada, parecía estar en shock y una vez logre cruzar la malla con ella le sostuve la mano para dirigirla hasta las escalera porque seguía desorientada, fue entonces cuando ella se detuvo y la vi llorar con una expresión de terror, no me quedo mas que abrazarla para consolarla un segundo pero no soy muy buena para ello así que me quede ahí de frente a ella, -¿hice algo mal?- intente buscar su mirada para que la muy desvergonzada me pegara en la cara.

-¡pero que!... ¿te volviste loca?, ¡es mas olvídalo! No pienso perder mí tiempo con tu maldita incapacidad de pensar las cosas antes de hacerlas, ¡muérete!, al final parece que es tu destino con ese nombre que tienes-. No tengo palabras para describir lo irónico del destino después que baje un par de escalones, estaba muy enojada y ella aun tenia ganas de seguir reprochándome cosas desde la baranda, -interrumpiste mi muerte, ¿Quién te dio el derecho?, ¿Cómo quieres que reacciones después de cómo me he portado esta semana?, cuando me arroje sentí por un instante que era libre de todo, ¿Quién te dio derecho a arrebatarme esa libertad?-

-¿Derecho?, ¿Por qué te crees que tienes el derecho de acabar con tu vida?, ¿acaso eres Dios para decidir cuando vivir y cuando morir?... Niña estúpida malagradecida, haga lo que le plazca su santidad- le gritaba mientras bajaba las escaleras hasta el siguiente piso, -¡Adivina que Izume!, la persona que me dio la vida me abandonó, tengo el derecho al menos de elegir ya que ella lo tuvo para dejarme a la suerte-

-Haz lo que quieras, no me importa… ere una inconsciente, no conoces las circunstancias por las cuales lo hizo así que ¿Qué diablos?, ¡haz lo que quieras!-. Junto a mi paso exasperado escuche la baranda romperse y mi garganta se anudó; me acerque al centro de las escaleras para ver que había ocurrido e inmediatamente corrí a socorrerla escuchando sus alaridos. Aun si lo pienso detenidamente puedo escucharla gritar, -¡Izume!, ¡ayúdame!, ¡aun no estoy lista!, ¡auxilio!- gritaba con todas sus fuerzas mientras intentaba agarrarla de las manos pero la baranda se había despegado y distanciado de la escalera, -¿que hiciste?, ¡no puedo alcanzarte!-
-me apoyé de la baranda y se despegó… por favor ayúdame Izume… ¡ayúdameeeee!- grito desesperada llena de lagrimas y yo con las manos confundidas intenté mover la baranda pero solo logre que se asustara mas, -¡no!, me caeré mas rápido así… ¡izume basta!-
-¡Demonios Akira!, ¿no querías matarte antes?, ¡decídete de una vez!-.

El tiempo se detuvo, no se, no estoy segura si se hizo lento en ese momento pero cuando ella me miro a los ojos no pude mover ni músculo. Una lágrima quedo suspendida un segundo en el vacío cuando la vi caer, grite del susto y llame la atención de mi amigo Masato que salió corriendo tras el estruendo. -¡no te sueltes! ¡Akira!...- eran las únicas palabras que salían de mi cuando me encontraron por los gritos; estuve bajo observación psicológica un par de semanas otra vez, no podía dejar de repetir la misma escena en mi cabeza una y otra vez, no tenia descanso, me soñaba con ella, volvía a escuchar su voz mientras hablaban los otro y para colmar las cosas yo era la única testigo, a demás de ser sospechosa.

Le perdono los malos ratos que me hizo pasar con mi madre que me creía capaz de haberla empujado, pero luego tuvo que recompensarme cuando probaron que solo había sido un accidente. En cuanto a sus padres o sus padres adoptivos, debo decir que cuando me recuperé les pedí disculpas por no haber hecho nada y de paso conocí a sus verdaderos padres que por su cumpleaños, el hermano de ella junto a sus familiares los buscaron por tierra y por mar para que los conociera.

Las cosas resultan ser como no esperamos, el mundo sigue con más o con menos personas cada día, sea por capricho o por el destino… sin embargo no es el final, aun me queda una historia por vivir y quien sabe si mañana me toque a mi, así que aquí no acabara…

Nos veremos algún día…

Akira

sábado, 4 de septiembre de 2010

Te sonie


Si puede ser verdad,

si este suenio seria realidad

quizas mi corazon no soportaria la grandesa de este sentimiento...

No sobreviviran mis parpados a mis imparables lagrimas,

consevira y florecera el arbol de mis iluciones,

jamas dormira mi fantasia ahora que por fin te suenio,

Como ansio no tenerte para no perderte,

aun que conozco lo que sientes

no puedo solo contemplarte sin amarte..